lunes, 9 de noviembre de 2009

Polinosis

El polen se encuentra en la atmósfera para cumplir una función reproductora básica en el mundo vegetal, pero su presencia puede ocasionar la aparición de procesos alérgicos de diferente gravedad en individuos susceptibles. Esta evidencia fue demostrada por 1a vez en la historia por Charles Blackley en 1873, quien evidenció que el polen de las gramíneas producía la fiebre del heno. Desde entonces, aunque se ha comprobado que no es el único inductor de la polinosis, el polen de gramíneas sigue siendo el máximo responsable ya que las plantas pertenecientes a esta familia constituye hasta un 20% de la superficie vegetal del planeta.


Los alérgenos del polen que desencadenan rinoconjuntivitis y asma proceden de los árboles y plantas que polinizan a través del aire (polinización anemófila) debido a la elevada concentración que pueden alcanzar en el aire y no mediante los insectos (polinización entomófila). No obstante, dentro del grupo de las especies anemófilas, existen familias con mayor poder alergénico que el resto como las urticáceas capaces de provocar el 60% de positivos en pacientes alérgicos al polen, las gramíneas con el 50%, Olea con el 40% y Betula con el 30%.

La liberación de granos de polen durante la floración de las diferentes especies vegetales que se encuentran establecidas en todos los ambientes, tanto urbanos como rurales, hace que en todo momento se puedan encontrar en suspensión atmosférica concentraciones variables de polen, haciendo que la población se encuentre en permanente contacto con alérgenos que, en algunos casos, pueden provocar la inflamación de la mucosa nasal, conjuntival o bronquial, a través de una respuesta inmunológica anormal denominada polinosis. El tipo de polen alergénico presente en la atmósfera varía según la vegetación, el clima y la época del año.

Aunque el tamaño de un grano de polen es aparentemente muy grande, como para alcanzar las vías respiratorias intrapulmonares, las evidencias de que cuanto mayor es la concentración de polen, mayor es la presencia de síntomas de asma son muy fuertes.

PREVALENCIA Y EPIDEMIOLOGÍA
La polinosis supone un problema de salud pública a nivel mundial, tanto por su elevada prevalencia como por el demostrado aumento de la misma.

En nuestro país la rinitis alérgica afecta al 22% de la población (Bauchau, 2004), siendo el polen la primera causa de rinitis alérgica: 63% de los responsables de las consultas de alergología de la zona centro y el 40% en el resto de España (Sastre et al., 1994).

Por su parte, el asma bronquial afecta en torno al 10% de la población infantil (Isaac, 1998) y al 4% de los adultos (Ecrhs, 1995). El polen es el responsable del 52% de los casos de asma alérgico en el centro de la
Península y del 27% en el resto, lo que supone la 2º causa de asma extrínseca (Sastre et al., 1994)


Estudios epidemiológicos demuestran que la prevalencia de la rinitis alérgica se ha multiplicado en las últimas décadas. En Suiza se ha incrementado en casi 14 puntos en tan sólo 70 años, de 0,8% a 14,2% entre 1926 y 1995 (Howarth, 1998). Diversos estudios de países nórdicos confirman tales datos, observando que la prevalencia se duplica cada 10 años en los últimos 30 años: 4,4% en 1971, 8,4% en 1981 y 15% en 1992 (Aberg, 1989). En España las cifras son similares, comparando las de 1993-1994 y 2001-2003 en escolares de 6-7 años se encontró una razón de incremento de la prevalencia del 1,61% (Arnedo et al., 2005).


A este ritmo diversos autores estiman que entre los años 2020 y 2030 casi la mitad de la población se encontrará afectada de rinitis alérgica (Cadahía García & Valero Santiago, 2002).

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